VIDAS PASADAS----- VIEJO  OESTE- (siglo XIX)  parte 1-2

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                                                                 VIEJO  OESTE- (siglo XIX)  parte 1-2

Por aquellos entonces había mucho revuelo en el fuerte. En más de una ocasión había escuchado que los nativos habían atacado  caravanas con familias enteras. Por  entonces  Pie y yo ya éramos adultos y estábamos muy enamorados. Yo seguía teniendo sueños con el de vikingo donde me enseñaba el manejo de las armas, los rasgos eran parecidos; moreno, ojos claros y en su cuerpo tenia algunos dibujos, solo que su cara se veía diferente, se peinaba también distinto. Pie tenía el pelo largo, recogido por una trenza, le gustaba mezclar entre  el pelo un lazo de color rojo que me quito de mi cabellera rubia. Decía que le gustaban muncho mis risos, a veces me traía  flores para que me las pusiera de adorno. Decía que a sin les decía a los demás nativos que yo era suya, que me miraran pero que no tocaran. Cuando paseaba por un riachuelo que se encontraba cerca, siempre veía indios jóvenes siguiéndome, pero nunca se acercaban a mí. Un día un soldado vio un nativo mirando  entre los arboles desde lejos  y  pensó que iba hacerme algo, si no le detengo lo hubiera matado. El indio desde lejos movió su linda cabellera y me dio un saludo. Llevaba 3 días sin saber de Pie cuando apareció, traía en la mano un chaleco hecho de piel de búfalo, quería regalármelo, pues había sido el primer búfalo que  había   matado   en la cacería. Fuimos de paseo, estando el encima de negro alargo el brazo y haciendo un giro con él  y  sujetándome a  su cintura, me subió  al caballo, estuvimos cabalgando un buen rato, al acércanos a un  arrollo que no conocía de su existencia, estando solos me hizo el amor, yo ahora diría como nunca antes, tocaba como con miedo, me miraba con vergüenza, me hablaba con voz temblorosa, era como si tocara algo de muchísimo valor y con miedo a romperse.  Mirándome  fijamente a los ojos y con lagrimas me dijo; Orra si me ocurriera algo y muero, espérame cuantas veces vuelvas yo volveré contigo, donde este yo estaré también y si desapareces yo  te buscare y donde estés te encontrare. Sentíamos que ninguno de los dos sabíamos lo que hacíamos, pero era muy bonito conocer cada rincón del cuerpo de cada uno. Era una sensación de querer mas, uno  del otro, cuando el tocaba me preguntaba ¿te duele? Yo le decía noo, pero la verdad es que dolía un poquito, pero no me importaba, tan solo deseaba unirme a él, estar uno dentro del otro sin separarnos nunca. Que lejos de la realidad, sin saberlo ninguno de los dos, aquella vez sería la última   que nos veríamos, pues estando todos los hombres de cacería, Russel tomo una aldea situada junto a un arroyo donde solo había  niños, ancianos y mujeres. Un destacamento del séptimo  de caballería asesino a todos salvajemente, mataron carca de 200 indios. Los juntaron en la reserva Pine Ridge dándoles caza no dejando ninguno con vida. Los atacaron con  4 cañones dejándoles tan desfigurados que fue imposible reconocerlos si no fuera por sus ropas de búfalo. Hay mi padre me saco del oeste y Pie fue a la guerra. Lo único que supe fue que la policía nativa mato a Toro sentado de un disparo en la cabeza.  Mi padre me conto que fueron  38  policías nativos  armados que se llamaban” Pechos de metal”, donde a esa última batalla la llamaron “batalla en la oscuridad”, matando  300 indios que quisieron impedir que se lo llevaran detenido incluyendo a uno de sus hijos.  De Pie de Cuervo no supe nada más, pero no importo pues,  al poco tiempo también morir  joven  por enfermedad.

 

                                                                          FIN


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